jueves, 29 de enero de 2009
Omitir es mentir
miércoles, 28 de enero de 2009
Europa e inmigración
Carta abierta sobre los acuerdos de readmision
enviado al Consejo de la Union y a la Comision Europea
par réseau migreurop | 20 janvier 2009 |
Traductions : [français] [English]
Mirek Topolanek
Presidente del Consejo de la Union Europea
Rue de la Loi, 175
B - 1048 Bruselas
José Manuel Barroso
Presidente de la Comision Europea
B - 1049, Bruselas
Paris, 20 de Enero del 2009
Asunto : por la transparencia en la negociación y la aplicación de los acuerdos comunitarios de readmisión
Señores Presidentes del Consejo y de la Comision,
En el Pacto europeo sobre la inmigración y el asilo adoptado por el Consejo europeo el pasado 16 de octubre se presenta, entre las medidas que hay que poner en ejecución con el fin de luchar contra la inmigración irregular, la conclusión “con los países con los que sea necesario, de acuerdos de readmisión, sea a nivel comunitario o a título bilateral, de modo que cada Estado miembro disponga de instrumentos jurídicos para asegurar el alejamiento de los extranjeros en situación irregular". Prevé también evaluar “la eficacia” de los acuerdos comunitarios y revisar los mandatos de negociación que todavía no han sido concluidos.
Al día de hoy, onze acuerdos comunitarios de readmisión están vigentes : con las regiones administrativas especiales de Hong Kong y de Macao de la República popular de China, Sri Lanka, Albania, la Federación de Rusia, Ucrania, Moldavia, y cuatro países de los Balcanes occidentales : Serbia, Montenegro, Bosnia Herzegovina y Macedonia. Otros están en proceso de negociación : con Marruecos y Paquistán desde el 2000, con China, Turquía y Argelia desde el 2002.
Junto con la red Migreurop, las asociaciones firmantes expresan su preocupación al comprobar que la Union europea continua un proceso que, aunque compromete de cerca la cuestión de los derechos fundamentales, se desarrolla en una casi-total opacidad. En efecto, no existe ningún mecanismo que permita informar al Parlamento europeo, a los parlamentos nacionales y ni siquiera a las sociedades civiles de los países implicados de los criterios y de la evolución de la negociación de los acuerdos de readmisión, como tampoco de las consecuencias concretas de su conclusión.
Con esta carta abierta, nuestras asociaciones desean llamar la atención sobre la necesidad de introducir la transparencia en las negociaciones y en la aplicación de los acuerdos comunitarios de readmisión. A la vista de los datos ya conocidos, tenemos razones importantes para pensar que las condiciones de negociación distan mucho de garantizar el respeto de los derechos fundamentales de las personas, y que incluso pueden incitar a su violación (I). Como primera etapa hacia esta transparencia indispensable, deseamos tener respuestas a algunas cuestiones que nos planteamos, tanto sobre los acuerdos ya concluidos como sobre los que son objeto de negociación (II).
I - Razones para preocuparse
Según el antiguo Comisario europeo encargado de la Justicia y de los Asuntos interiores, el Sr. Franco Frattini : "la negociación de los acuerdos de readmisión no fue cosa fácil. (...) La principal razón de su lentitud es que, aunque estos acuerdos teóricamente sean recíprocos, está claro que en la práctica sirven esencialmente los intereses de la Comunidad. Tal es particularmente el caso de las disposiciones relativas a la readmisión de nacionales de países terceros y de apátridas - condición sine qua non de todos nuestros acuerdos de readmisión, pero que es muy difícil de aceptar para los países terceros. Que las negociaciones lleguen a buen término depende mucho de los "incentivos", o debería decir las "zanahorias", de las que la Comisión dispone, es decir de incentivos suficientemente poderosos para lograr la cooperación del país tercero implicado" . [1]
No dudamos de que, para cada acuerdo, las relaciones de fuerzas deben ser diferentes, y el tamaño de las "zanahorias" variable : en el caso de Sri Lanka (uno de los primeros acuerdos que entró en vigor), fuentes procedentes de miembros de la delegación de Sri Lanka atestiguan que en el momento de la negociación de este acuerdo, los debates fueron totalmente dirigidos, y las decisiones tomadas, por la parte europea . [2]. Posiblemente no haya ocurrido igual en países como Rusia, cuyo peso, en términos geopolíticos y económicos, le permitió conseguir concesiones importantes de la UE, como lo comprobó la Comisión LIBE del Parlamento europeo. [3]
En otros casos, la UE juega de la dependencia económica de ciertos países terceros para obtener su colaboración en la política migratoria por medio de un acuerdo de readmisión. Así, tratándose de Paquistán, como podemos leer en la pagina web oficial "Francia diplomacia" : "LA UE concedió rápidamente concesiones comerciales para la entrada en el mercado europeo de productos paquistaníes, particularmente en el sector de los textiles. En septiembre de 2005 entró en vigor un acuerdo de cooperación que extiende la cooperación a numerosos campos (comercio, desarrollo, medio ambiente, ciencias). Su puesta en ejecución es, sin embargo, condicionada a la firma por Paquistán de un acuerdo de readmisión. LA UE es el primer socio comercial de Paquistán, destinatario del 30 % de sus exportaciones y del 20 % de sus importaciones. Paquistán también es uno de los principales beneficiarios de la ayuda comunitaria en Asia (165 millones de euros de ayuda previstos para el período 2002-2006)" . [4]
Este tipo de colaboración forzada, en la que parecen prevalecer las apuestas económicas o políticas frente a las capacidades del país tercero de proteger los derechos de las personas, genera enormes riesgos. El ejemplo marroquí es una buena ilustración : es difícil no vincular la aproximación UE/ Marruecos sobre las cuestiones migratorias desde principios de los años 2000 (donde estaba en juego un acuerdo de readmisión), y la recurrencia de las redadas y expulsiones de migrantes subsaharianos (incluidos los solicitantes de asilo presentes en el territorio marroquí) en este país, en flagrante violación de las normas nacionales e internacionales . [5]
Nos conformaremos con recordar aquí uno de los últimos acontecimientos, ocurrido el 28 de abril de 2008, en las costas de Al Hoceïma (nordeste de Marruecos) en donde entre 29 y 33 migrantes (y entre ellos cuatro niños) habrian fallecido ahogados al haber sido reventada su embarcación neumática, según varios testimonios concordantes, a cuchilladas por soldados. [6] Ninguna investigacion independiente que permita aclarar este hecho no ha sido, hasta el dia de hoy, dada a conocer publicamente.
Podríamos también hablar de la situación en Ucrania, donde el índice de atribución del estatuto de refugiado no excede el 2 %, y donde el ACNUR expresa su preocupación en cuanto al respeto del principio de “non refoulement” (no devolución), a la calidad del examen de las solicitudes de asilo y a las condiciones de acogida de los refugiados. [7] En noviembre del 2005, la asociación Human Rights Watch hacía público un informe sobre la situación de los migrantes y de los solicitantes de asilo en este país, mencionando maltratos, detenciones prolongadas en condiciones más que difíciles de estas personas y, a veces, incluso retornos forzados hacia su país de origen con el riesgo de desconocer las disposiciones del artículo 3 del convenio europeo de derechos humanos. [8]. Por su parte, Amnistía Internacional denunciaba en junio de 2008 la situación muy degradada de los solicitantes de asilo en Ucrania afirmando : "Ucrania no es un lugar de asilo seguro para los refugiados" . [9]
II - Algunas preguntas sobre los acuerdos de readmisión concluidos y en negociación
Nuestras asociaciones consideran que ya es hora de proceder a una evaluación tanto de la negociación como de la ejecución de los acuerdos comunitarios de readmisión, sin limitarse a la cuestión, abordada por el pacto europeo, de su "eficacia". Nos parece indispensable que, tratándose de una materia tan sensible y que toca muy de cerca a los derechos fundamentales de las personas, debe realizarse una evaluación tanto cuantitativa como cualitativa, cuyos resultados se comuniquen al Parlamento europeo y a las sociedades civiles de los países implicados. Con este fin deseamos que se nos comuniquen las siguientes informaciones :
1. Acuerdos de readmisión ya vigentes : a) el número de nacionales de los Estados terceros contratantes que han sido objeto de una readmisión efectiva ;
b) el número de las solicitudes de readmisión por parte de los Estados demandantes que no han sido aceptadas por el Estado requerido ;
c) el número y la nacionalidad de naturales de países terceros a los Estados firmantes de los acuerdos, que han sido objeto del procedimiento de readmisión.
Prestamos especial atención a esta cuestión en el marco del acuerdo con Albania, dado que se ha cumplido el plazo de dos años previsto para la vigencia de esta cláusula (1 de mayo de 2008).
Acuerdo con Ucrania :
el número de nacionales georgianos, moldavos, turcos, vietnamitas y turcomanos que fueron objeto de una medida de readmisión
Acuerdo con Rusia :
el número de nacionales uzbecos que fueron objeto de una medida de readmisión d) el número y la nacionalidad de las personas que han sido objeto de una readmisión en el marco del procedimiento "acelerado", previsto en los acuerdos con Rusia, Ucrania, Moldavia y Serbia.
e) Las garantías solicitadas por los Estados miembros de la Unión Europea en cuanto al respeto efectivo de los derechos fundamentales, particularmente los previstos por el Convenio de Ginebra de 1951 sobre los refugiados y el Convenio europeo de los derechos humanos.
NB : aunque una cláusula dicha "de no incidencia" figura en los acuerdos que hacen referencia a varios textos internacionales, ésta no se acompaña de ninguna garantía específica y precisa sobre las obligaciones de las partes contratantes en cuanto al respeto del principio de “non refoulement” o la prohibición de tortura y de otros tratamiento inhumanos o degradantes (artículo 3 del CEDH).
f) Más específicamente en cuanto a los países de los Balcanes, las condiciones de readmisión de nacionales que pertenecen a la comunidad Rrom, particularmente vulnerable.
2. Acuerdos comunitarios de readmisión en curso de negociación.
Nuestras asociaciones desean ser informadas sobre los criterios que guiaron y que guían la negociación de los acuerdos de readmisión. Esta cuestión es tanto más pertinente y más importante cuando el Consejo considera, en el Pacto europeo sobre la inmigración y el asilo, que estos mandatos deban ser revisados : ¿sobre qué bases ? ¿Con qué orientaciones ?
Asimismo nos gustaría conocer los resultados de la evaluación que el Consejo y la Comisión harán sobre los acuerdos de readmisión y su eficacia.
Le agradecemos que aporten una respuesta a nuestras diferentes preguntas, contestación que, como esta carta, haremos pública.
Atentamente,
Por la red« Migreurop » [10] y por las otras asociaciones firmantes
Claire Rodier, Presidente Asociaciones firmantes :
Redes : ENDA Europe - Fédération internationale des Droits de l’Homme (F.I.D.H.) - Réseau Euro-Méditerranéen des Droits de l’Homme (REMDH)
Belgica : Abraço ASBL - CIRE - CNCD - LDH Belge - SAD (Syndicat des Avocats pour la Démocratie) Bosnia Herzegovina : Helsinki Committee for Human Rights in Bosnia and Herzegovina
Burkina Faso : Association « Nouveau Monde »
Camerun : « Un monde avenir » - Association des Réfugiés sans frontières (ARSF) - Association d’aide aux familles et victimes des migrations clandestines (AFVMC) - Collectif « Voix des migrants » - Fondation Conseil Jeune - Groupe de recherche action sur les migrations en Afrique centrale (GRAMI - AC) - Welcome Back Cameroon (WBC)
Espana : Acusr Las Segovias, Andalucia Acoge - APDHA - CEAR - Coordination de la « Rede Brasileiras e Brasileiros no Exterior » - MUGAK
Francia : ACT UP - ANAFE - ATMF - Autremonde - Association de défense des droits de l’homme au Maroc (ASDHOM) - CIMADE - Collectif Ivryen de Vigilance contre le Racisme - Comité Catholique Contre la Faim et pour le Développement (CCFD) - CRID - Droits devant ! - FASTI - Fédération Sud Education - Forum civique européen - FTCR - GISTI - Initiatives et Actions Citoyennes pour la Démocratie et le Développement (IACD) - IPAM - MRAP - Réseau Solidaire et Citoyen (RESOCI) - Survie - Terre des Hommes - Union des associations latino-américaines en France - Union syndicale Solidaires
Guinea : Association ADEG
Inglaterra : Barbed Wire Britain Network to End Refugee ans Migrant Detention - Statewatch
Italia : ARCI - ASGI - Comitato Antirazzista Durban Italia (CADI) - MELTING POT - NAGA
Kosovo : Rad Center
Libano : Frontières
Luxemburgo : ASTI - ACAT
Mali : Association des maliens expulsés (AME) - FORAM - Mouvement des Sans Voix
Marruecos : ABCDS-Oudja - AMERM - AMDH - ATTAC Maroc - Association de sensibilisation et de développement des Camerounais migrants au Maghreb - Association pour la défense des droits humains des Camerounais migrants au Maroc - Association des Migrants et Réfugiés Guinéens au Maroc - Association sud pour la migration et le développement - Concerned Migrants Group (C-M-G) Worlwide - GADEM - Pateras de la Vida
Mauritania : Association mauritanienne des droits de l’homme (AMDH) - Association mauritanienne pour la promotion de la démocratie et l’éducation citoyenne (APDEC)
Portugal : SOLIM
Sahara Occidental : Association Sakia Lhamra Développement et immigration
Serbia : Association Reintegracija - Forum NVO
Sénégal : Groupe Migration Développement du CONGAD
Togo : ATTAC Togo
Uruguay : Asociacion « Idas y Vueltas », association d’amis et familles des migrants en Uruguay
sábado, 24 de enero de 2009
Hace ya dos años que volví de Palestina y desde entonces, quiero escribir
Pero es tan grande todo lo vivido, que en dos años no he podido sentarme a resumir todo lo que quisiera contarles, para que al menos pudieran dimensionar lo que ahí sucede. Porque eso me pasó a mí. Creí ser conocedora del tema —algo al menos— creí saber y entender algo del "conflicto" y de la "causa", pero nada se asemeja a vivirlo. No hay libro que uno lea y no hay imágenes que uno vea, que puedan graficar lo que ahí sucede. Uno puede ser un "experto" en la materia, pero si no se ha pisado ese suelo, si no se ha respirado ese aire, si no se ha palpado esa miseria, es imposible llegar a compreder el lento genocidio que ocurre en esas tierras.
Es imposible, porque quienes lo cometen han sido las grandes víctimas del siglo XX y entonces cualquiera que acaso condene alguno de sus actos, corre el riesgo de ser tachado de antisemita. De hecho, eso aprendimos en el curso de "Conflicto en Medio Oriente" al que entré como invitada de piedra a unas cuantas horas de Tel Aviv. A la veintena de periodistas latinoamericanos que estábamos ahí, nos entregaron un riguroso listado de claves conductuales que se titulaba: "Cómo identificar el antisemitismo del siglo XXI". Y creo que muchos lo leímos y en voz baja pensamos que fácilmente seríamos tachados de antisemitas. Por eso, muchos callan. Porque ser antisemita ante el horror del holocausto, es algo inaceptable hoy, a más de 50 años de esa masacre original que le devuelve la mano al destino, convirtiendo a sus propias víctimas, en monstruos sedientos de sangre, como si la venganza ante el dolor sufrido, saliera a borbotones medio siglo después.
Ahí está el primer gran error. El holocausto judio nos avergüenza como especie. No hay duda. Al recorrer los campos de concentración que quedaron como 0vestigio, uno se pregunta cómo pudo existir ese infierno, mientras el mundo seguía girando. Cómo en esos precisos instantes, no fuimos capaces de detenerlo. Cómo fue posible que millones de seres fueran perseguidos,
torturados y asesinados de la forma más cruel, en el más completo silencio del resto del planeta. Quizás, luego de la desolación y el horror que uno siente, eso es lo que más sorprende del holocausto: la indolencia y complicidad silente. Hoy, muchas décadas después, lo condenamos y somos cuidadosos al tener el más mínimo acto de aceptación de alguna actitud nazi.... ¿verdad? ¿Tendrán que pasar nuevamente décadas para que entonces nos preguntemos
cómo fue posible que en el más completo silencio se masacrara a los palestinos? ¿Entonces seremos capaces de ver las fotos de los moribundos detrás del muro esperando comida? ¿A las mujeres pariendo en las fronteras establecidas por el sionismo? ¿A los prisioneros que Israel mantiene en condiciones infrahumanas? ¿Veremos entonces el muro y sus rejas interminables, con un judio hablando detrás de un vidrio mientras te grita que te quites la ropa una y otras vez, solo para atravesar de una lado a otro y poder visitar a tu familia? Y lo que parece más terrible aun, ¿las fotos de los palestinos tatuados con un número en los brazos como un carnet imborrable que les autoriza entrar a Jerusalem? Sí, tatuados. Igual que esas fotos espantosas de esqueléticos judios fichados en los Campos de Concentración. Hoy, de palestinos. ¿Tendrán que pasar otros 50 años para que podamos ver todo esto y no sentirnos amenazados de ser antisemitas?
Ahí está el primer error que los judios sionistas han sabido calarnos profundamente, para entonces amparar las más atroces injusticias que sus propios antepasados sufrieron bajo el yugo de los nazis. No hay que aceptar más este chantaje moral. Se que este mail bastará, para que mi nombre entre en la lista de los antisemitas. Pero no lo soy. Mi padre, yugoslavo, eslavo y casi gitano, sobrevivió a la limpieza étnica de los nazis y él mismo me enseñó que los nacionalismos enfermizos como el que persiguió a su pueblo en la Segunda Guerra, son la lacra social más terrible que puede existir. ¿Y qué es el sionismo de Israel sino un nacionalismo moderno y enfermo? Un nacionalismo que, en sus vertientes más colonizadoras cercanas al socialismo (supuestamente ateo), apela a razones bíblicas para demandar un territorio que, además, pretende limpiar de las otras razas que ahí habitan. El sionismo es racista. No porque en sus principios esté escrito o porque la ONU en 1975 lo haya dicho en una resolución, sino simplemente porque no tolera la coexistencia de otros pueblos y actúa en esa dirección.
Como todos, crecí repudiando el holocausto y de cerca, con mi padre y sus historias. Tanto me enamoré de la "causa", que a los 19 años estuve a punto de irme a Kibutz, embobada en mi adolescencia por la justicia tardía para el pueblo judío. Enamorada de "la causa" y de la propuesta socialista de construir patria mancomunada en el desierto. Sin una gota de sangre judia, sentí que mi raza eslava estaba con ellos y si algo podía hacer concretamente, era ayudarlos a sembrar, en un proyecto de vida que aun quisiera para mis hijos. En paz, comunidad y tolerancia. Veinteaños después conocí uno de los kibutz más emblemáticos de la oleada que se creó en los '70. Y sigo creyendo que es un proyecto precioso, sino fuera por "el alto costo humano que representa". Supe como se reparte 0el sueldo de todos para la comunidad, compartí con ellos el Hanukkah, vi los huertos inmensos perfectamente regados, las áreas comunes y su intimidad. Pero esta vez también vi los restos de casas bombardeadas, "tan moriscas en su arquitectura", que se levantan en medio de los verdes sembradíos del
Kibutz como trofeo a la reconquista de la "tierra prometida". A un lado, la lechería con vacas ultradesarrolladas capaces prácticamente de dar queso listo en un teta y al otro lado, las ruinas de la que fue el hogar de alguna familia palestina allegada hoy tras el muro en esos ghettos árabes que los judíos sionistas parecen haber recreado al más puro estilo de los ghettos judios de la Alemania Nazi donde sucumbieron sus propios antepasados. Así de irónico es todo y ellos mismos lo describen. Pude ver tras el resplandor de las velas del Hanukkah, como se retiraba el bus diminuto que transportaba como ganado a la servidumbre: palestinos enflaquecidos por el hambre que son autorizados a ingresar a Israel, con un carnet especial
que los acredita como tal y les permite un "libre" tránsito. Recordé entonces esas viejas películas que mostraban el esplendor europeo de algunos pocos en plena década de los '40, mientras la Segunda Guerra asolaba el continente. Hitler en sus despampanantes juegos Olímpicos, y al frente la chimenea humeante de los Campos de Concentración. Recordé incluso algún texto que describe la casa de Townley en Santiago, cuando Mariana Callejas celebraba sus emperifolladas rondas literarias en plena dictadura, mientras en el subterraneo de su propia casa, el servicio de inteligencia torturaba sin piedad a quienes son hoy algunos de los Detenidos Desaparecidos de Pinochet.
No hay que tener miedo. Condenamos el holocausto judio y hoy condenamos —oportunamente— el holocausto palestino. Ir a Palestina, entrando por Tel Aviv, es una experiencia demoledora y desde entonces, es imposible no sentir una pequeña cuota de responsabilidad al ser cómplice de esta masacre, simplemente por no hablar. Pero es tan abrumadora esa experiencia, que intentar describirla se hace cuesta arriba. Porque surge la ansiedad de que comprendan que condenar la masacre palestina, no tiene que ver con el antisemitismo ni es una causa "in" en estos días. Los análisis internacionales, las proyecciones
políticas, y el complejo panorama de la zona, quedan a un lado cuando se respira ese aire absurdo de intolerancia y masacre permanente.
La "tierra prometida" es hoy un cuadrillé de pueblos enmarcados en un muro de más de 8 metros de altura que zigzaguea el suelo y forma ghettos palestinos, de donde no hay salida. Apuñados, los palestinos quedaron en algunos pueblos sin conexión entre sí muchas veces, sometidos al ímpetu de los israelitas que deciden qué puede entrar a ese ghetto -o pueblo si
prefieres- y qué puede salir. Esto incluye, obviamente, hasta lo más básico como la comida que, estrategicamente, te permite matar de hambre lentamente a quienes están adentro.
Imagina por un instante un largo edificio de 6 pisos, interminable, rodeado de militares anónimos que te encañonan constantemente y que encierran el lugar donde vives. Nada puede salir o entrar a ese lugar, sin que una patrulla de judios sionistas lo autorice a través del pequeño "check point" dispuesto. Si tu padre quedó en el ghetto de al frente, o pueblo -si prefieres- deberás visitarlo escasamente y previa autorización. Entonces, tendrás que hacer una larga fila, entre dos rejas como las vacas camino al matadero, ingresarás a una pequeña habitación donde sacarás tu ropa, serás humillado sin derecho a pataleo en tu propia casa, y alguien te gritará en hebreo detrás de un vidrio, si es correcto lo que estás haciendo. Sino, pueden apresarte y te llevarán a otra habitación quien sabe con qué fin. Si la panadería quedó al otro lado del check point, deberás hacer esta rutina de ida y de vuelta, solo si tienes la suerte de entrar, para luego ver si tienes la otra suerte de encontrar algo para comer. Así como me han tenido que perdonar los amigos judios que leen este mail, que me perdonen también los palestinos por simplificar tanto el asunto, pero es en esta rutina cotidiana y abrumadora que todos desconocemos, como logran matar a todo un pueblo lentamente. Ahorcándolo, asfixiándolo cruelmente. Belen es uno de los más dolorosos ghettos palestinos, porque buena parte del mundo recuerda ese lugar como un sitio histórico que quisieran visitar sin temor.
La plaza de Belén, enmarca la llegada a la Iglesia de la Natividad. Los habitantes de Belen, que obviamente poco y nada comparten el fervor cristiano, respetan a los escasos turistas y valoran ese espacio como el sitio histórico que indudablemente es. Que distinto entonces ir a Nazareth, hermoso en la pulcritud israelita y prácticamente neutralizado con el fanatismo religioso o ateo -como quieran- de la administración judia que lo gobierna. Si preguntas
por alguien llamado Jesús de Nazareth, entrarás a lista de las personas no gratas, aunque simplemente seas un historiador nada de católico. La intolerancia se respira en Israel. El recorrido por Jerusalem con algún judio que quiera acompañarte como guía turístico, llega a ser tragicómico. Solo pasas por fuera del Santo Sepulcro y como quien indica que ahí hay un cruce de calle, te lo señalan.
Esto para los turistas que acaso logran evidenciar este ¿racismo? en un rápido tour. Pero si te quedas solo una noche en Belen, y te atreves a entrar por el Check Point que diariamente deben hacer los escasos habitantes del pueblo que todo el mundo mira el 25 de diciembre, comenzarás a sentir el dolor en el aire.
Las pocas tiendas que hay, abren sus puertas como para no perder la costumbre. La plaza se repleta de hombres enflaquecidos y hasta con el rostro como desfigurado por el dolor, que se pasean en círculo matando el tiempo, vestidos con ropas como de los años 50. No tienen trabajo, no pueden salir de Belén a buscar trabajo. Tienen hambre. Sus mujeres e hijos esperan en casa por algo para comer y ellos deambulan por la plaza, mirando a los escasos turistas y compartiendo algún café con cardamomo. Las vitrinas están vacías. Puedes
comer algún shawarma seco y duro, que quien sabe cuánto tiempo ha permanecido clavado en el asadero. Los judios no han dejado entrar carne, y el autoabastecimiento, nunca ha sido un ideal que funcione en la práctica. Un pequeño pueblo, rodeado de piedras y arena, al que ni siquiera llega agua con seguridad.
Te paseas como un perfecto idiota en uno de los lugares más emblemáticos para el mundo occidental y entonces decides entrar a un restorán a pocas horas del 25 de diciembre. Un escuálido árbol de navidad parpadea a la entrada, y al menos 10 mesoneros sentados en la barra te reciben con felicidad, llevarás algunas monedas, también judias... que solo podrán transar entre ellos mismos. Eres el único turista que ingresa y el menú es reducido. No hay casi comida, porque la frontera no se ha abierto. Viven en la tierra donde siempre existió
su gente, pero hoy no tienen derecho salir, ni a moverse, ni a comer, ni a decidir nada sobre su propio destino. Están presos en su propia casa, esperando... esperando. Entonces pides un té y un pan con queso. Esa es la cena de navidad que puedes comer en Belén, mientras afuera un grupo de niños y hombres te mira engullendo el queso que han reservado para el turista, con la esperanza de que se mueva la microeconomía que tienen en ese ghetto donde nació Jesús.
Si puedes permanecer más días en Belén, comenzarás a sentir entonces la angustia de vivir en un Ghetto. Comenzarás a sentir la desesperación y entenderás otro poco de la historia: simplemente un buen día, el mundo decidió hacer justicia con un pueblo masacrado como el judio, y en la accidentada división territorial, tu casa quedó al otro lado. Deberás desocuparla, y partir al ghetto, acarreando las pocas cosas que pudiste sacar, y arrastrando a tus niños entre lágrimas y griteríos. Te intalarás en un campo de refugiados, que se diferencia de los campos de concentración nazis, porque la muerte es más lenta que con el gas. Morirás de locura y hambre y no asfixiado. Vivirás arriba de varias familias en una habitación (con suerte),
sitiado a pocos metros por el muro que te encañona con tanquetas y fusiles, y esperarás con ansias la llegada de algún valiente grupo de turistas alternativos, que quiera "conocer tu realidad". Entonces te comprarán a 10 dólares algún tejido de la abuela, o alguna precaria artesanía que hizo tu esposo en la cárcel condenado a 15 años por apedrear un carro de policías judíos y podrás decidir qué hacer con esos 10 dólares. Lo más probable es que los pases a la olla común, porque te dará mucho dolor ver a los hijos de tu "vecino" con tanta hambre como los tuyos.
Así transcurrirán tus días. Lentamente. Muy lentamente. Siempre esperando como que la pesadilla termine y un buen día te digan, acabó... puedes regresar a tu casa. Pero eso no pasará. Hace 30, 40 años que tu casa ya no existe. En su lugar, hay un país que instaló sobre tu cama, una preciosa lechería de vacas genéticamente perfectas.
Y como no hay territorio donde construir, deberás seguir en el Ghetto delimitado por otros, subsistiendo otros 40 años más hasta que mueras de viejo, con la mejor de las suertes. Tus hijos acaso irán a la escuela, cada vez más llenos de odio e impotencia, porque los escolta el muro, los militares, los tanques que te acechan a cada paso. Hasta que un día ese pequeño se convierta en hombre y entonces definitivamente no encuentre respuesta para entender por
qué no puede ir a ese lugar también sagrado para él que es Jerusalem y que está solo a 10 minutos. Hasta que no encuentre respuestas para entender por qué no puede ir a estudiar a una universidad libremente, o casarse y formar una familia dignamente.
Entonces, ese muchacho que criaste en la miseria del Ghetto explotará de ira e impotencia, y juntará un puñado de piedras que arrojará contra el muro que lo somete a la más espantosa miseria. Ese muchacho entonces, será detenido y torturado varios años acusado de terrorismo. La evidencia serán las piedras, y la honda artesanal que fabricó a escondidas. Tu envejecerás esperando su libertad y explicándole a sus hermanos lo que sucede, intentado que ellos no
corran la misma suerte, mientras sobrevivien ahogados en ese ghetto cada vez más infernal. Y si el muchacho entonces sale, será solo para juntar ahora un puñado de clavos y construir esos famosos cohetes que tanto desesperan a los judios sionistas.
Los "kassam", tubos artesanales de metal, rellenos de pólvora y clavos, que tienen la fuerza suficiente para subir 8 metros, traspasar el muro y explotar en una lluvia de clavos contra tus opresores y que irónicamente ellos mismos rescatan para transformar en esculturas que adornan sus hermosos jardines y que muestran como una evidencia de la violencia que son víctimas.
Vendrá entonces la primera represalia, un tanto desproporcionada, cinco tanques aplastarán viejos autos palestinos, arrollarán niños que se entrenan en la intifada ("levantamiento") afinando la puntería con las históricas piedras de Belén. Mientras revuelves la olla común con escasos porotos y pepinos, escuchas el griterío y la desesperación, como cuando los nazis entraban de golpe al pueblo de mi padre en Brac buscando a los partisanos. Nuevamente el horror te aplasta. Verás a morir a los tuyos, correrás entre el humo con los cuerpos ensangrentados, y los refugiarás en el Ghetto, a la espera de alguien de la Cruz Roja que cumpla la rutina humanitaria mientras José Levi despacha con su espantoso sonsonete español que: "ha empezado una nueva intifada".
Si la frontera no se abre ni siquiera para la carne, o la leche, más difícil es aun ingresar artefactos que te permitan igualar la violencia de bombardeos aéreos o incursiones con tanques que reprimen los piedrazos o los kassam de tus hijos. Entonces llegará al poder de otro de tus hijos un poco de pólvora y tu se la quitarás. En silencio, sentirás -como ellos en su ferviente adolescencia- que los kassam con ese puñado de clavos, no igualan al poderío
militar que te reprime. No tienes trabajo, no tienes comida, no puedes moverte del Ghetto, en tu mente solo existe la necesidad de hacer justicia, no puedes pesar en nada más. No hay futuro. Darás vueltas en el ghetto una y otra noche, como siempre hace 40 años. Los bombardeos intensifican el bloqueo. No tienes agua, no tienes comida. Tus hijos sobrevivientes están muriendo de hambre y tu estás enloqueciendo. Pasarás muchas noches desvelada, hasta que aprenderás a construir un explosivo casero con esa pólvora. No le dirás a nadie, pero después de 40 años de miseria y represión, estás agobiada. No hay salida y
decides que no te matarán de hambre lentamente y que tu muerte entonces no será en vano. Construirás explosivos que esconderás en tu cuerpo. Lograrás pasar el check point y lo harás estallar en el lugar más repleto de judíos que puedas encontrar. Esa es será tu pequeña venganza.
Mientras los restos de tu cuerpo se mezclaron con la sangre de los judíos también muertos, José Levi informará de un nuevo atentado suicida y horas más tarde, anunciará la segunda replesalia. Bombardeos aéreos han dado sobre tu campo de refugiados. 290 muertos y 900 heridos en una nueva incursión de uno de los países militarmente más poderosos del planeta, que somete a los esqueléticos terroristas palestinos armados de piedras y cohetes kassam que
tras 40 años de miseria y destierro no encuentran solución a su existencia y no se resignan a morir en uno de los ghettos del siglo XXI que reviven a los del Tercer Reich. Ese fue el titular cuando llegué a Palestina: "Abuelita terrorista se suicida y mata a dos judíos". Tenía 50 nietos, versaba la bajada de la crónica. 50 nietos que habrá criado en el Ghetto, en esta 4 décadas... dónde más. Después de estar 4 días en Belén, decodifiqué el titular. De-construí
el titular y entonces, comencé a sentir cómo era posible enrollarse un montón de explosivos en el cuerpo. Sentí la angustia, abrumadora, la desesperación.
Decidí salir de Belén, angustiada, amargada... aterrorizada, y con una de las tristezas más profundas que he sentido en mi alma, simplemente porque tienes la certeza absoluta de que no hay retorno. Lleguamos a Betjala, que tiene conexión directa con Belén, omitiendo el check
point. Entramos al mejor hotel de Betjala, un hermoso edificio de casi 12 pisos, hermosamente decorado, con un salón inmenso en la recepción, un gran comedor, un hermoso bar. Más de 300 habitaciones. Todas vacías. Pedimos una buena habitación. Estaban todas disponibles. Un gran ventanal.
Betjala como deshabitada, detenida en el tiempo. Y nosotros omitiendo un rato el caudal de incompresiones que teníamos en la cabeza y el corazón. Estábamos escapando, al menos unos días. Teníamos hambre. Esa noche podríamos comer bien. Entonces por teléfono pedimos a la recepción algo de comida. Decidimos bajar al restorán. A las 9 de la noche, un restorán con más de 100 mesas había sido abierto solo para nosotros. La mesa repleta de las más exquisitas
comidas árabes, sin exagerar. Todos los mesoneros a nuestra disposición.
Estaba siendo difícil huir de la miseria. La teníamos escondida tras el lujo de ese hotel también detenido en el tiempo. Era temporada alta, plena navidad y no habían llegado pasajeros. Comimos lento, pensando en cómo hubieran querido algo de "very tipical food" en el campo de refugiados que habíamos visitado horas antes.
Una cerveza fue el postre y nos instalamos en el hermoso salón contiguo. Prendieron las luces para nosotros y entonces apareció un hombre alto, canoso, amable. Saludó y se presentó como el dueño del hotel. Comenzó una tonta conversación sobre clima. El no quería hablar del tema y nosotros tampoco, pero nuestro inglés chapurreado, tan chileno, pronto lo hizo sospechar sobre nuestra procedencia. Como muchos en Betjala, él también tenía un familiar en Santiago. Entramos en confianza, y entonces preguntamos y preguntamos. Cómo sobrevivía, cómo mantenía ese hotel y para qué lo hacía en medio de tanta desolación. La conversa cada vez era más triste. Los escasos 200 dólares que podíamos dejar por nuestra estadía, ni siquiera alcanzaban para pagar la electricidad de 1 día funcionamiento del hotel. ¿Por qué no te vas a
Chile?, le preguntamos. Uno de sus hermanos vive en Santiago. Sus ojos se llenaron de lágrimas, como si ese tremendo hombre de rasgos tan masculinos, fuera un pequeño nene muerto de susto. Como un comandate derrotado en su trinchera, moribundo, pero impecable y de corbata, él estaba dispuesto a morir ahí, en el precioso hotel que heredó de su padre y que antaño estaba repleto de turistas, viviendo el esplendor de la cultura árabe mezclada con el rito católico de la navidad.
No puedo hablar, dijo tartamudeando y se despidió de lejos antes de marchar. A la mañana siguiente partimos rumbo a Jordania. No pudimos conseguir un auto palestino que nos llevara a la frontera. No queríamos dejar ni 10 dólares más en manos de Israel. Pero fue imposible. Está prohíbido y aunque los "territorios palestinos" dan con Jordania, la frontera también es de los judios.
viernes, 23 de enero de 2009
Yo, artillero, usé fósforo blanco
Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti |
Serví como artillero en la división M109 del ejército israelí desde 2000 hasta 2003 y recibí instrucción para utilizar las armas que Israel está usando en Gaza. Sé a ciencia cierta que las muertes de los civiles palestinos no son una desgracia desafortunada sino una consecuencia calculada. Las bombas que el ejército israelí usó en Gaza matan a todo aquel que se encuentre en un radio de 50 metros de la explosión y hieren casi seguro a quienes se hallan a 200 metros. Conscientes del impacto de estas armas, las jerarquías militares impiden su uso, incluso en combate, a menos de 350 metros de distancia de los soldados amigos (250 si se encuentran en vehículos acorazados).
Los testimonios y fotografías de Gaza no dejan lugar a dudas: el ejército israelí usó en esta operación bombas de fósforo blanco, que formaban parte del arsenal cuando yo servía en el ejército. El derecho internacional prohíbe su uso en áreas urbanas densamente pobladas debido a las quemaduras graves que provocan: la bomba explota unas decenas de metros antes de tocar el suelo con el fin de aumentar los efectos, y manda 116 trozos de metralla incendiada de fósforo en una área de más de 250 metros. Durante nuestra instrucción, los comandantes nos dijeron que no llamáramos a estas armas “fósforo blanco”, sino “humo explosivo” ya que el derecho internacional prohíbe su uso.
Desde el principio de la incursión, veía las noticias con rabia y disgusto. Me estremece el hecho de que soldados de mi país disparen artillería pesada contra una ciudad densamente poblada, y que usen municiones de fósforo blanco. Tal vez nuestros grandes escritores ignoren cómo funcionan estas armas, pero nuestras jerarquías militares bien que lo saben. 1.300 palestinos han muerto desde que comenzó el ataque y más de 5.000 resultaron heridos. Según las previsiones más optimistas, más d ella mitad de los palestinos muertos eran civiles que se vieron en medio del fuego cruzado. Cientos de ellos eran niños. Nuestros dirigentes, conscientes de las consecuencias de la estrategia de guerra que adoptaron, sostienen con cinismo que cada una de esas muertes fue un accidente desgraciado.
Quiero ser claro: no ha habido ningún accidente. Quienes deciden usar artillería pesada y fósforo blanco en una de las áreas urbanas más pobladas del mundo saben perfectamente, como yo sabía, que muchas personas inocentes estaban destinadas a morir. Puesto que conocían de antemano los resultados previsiles de su estrategia de guerra, las muertes civiles en Gaza de este mes no pueden definirse honestamente como un accidente desgraciado.
Este mes he asistido a la erosión ulterior de la estatura moral de mi ejército y mi sociedad. Una conducta moral requiere que no sólo se anuncia la voluntad de no herir a civiles sino que se adopte una estrategia de combate consecuente. Usar artillería pesada y fósforo blanco en un área urbana densamente poblada y sostener después que se mató a los civiles por error es inmoral y ultrajante.
sábado, 17 de enero de 2009
Eduardo Galeano escribe:
Eduardo Galeano
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Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.
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¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con eta, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar al ira. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
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La llamada comunidad internacional, ¿existe?
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas rinden tributo a la sagrada impunidad.
Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.
Este artículo apareció en Brecha.com.uy
lunes, 5 de enero de 2009
Shalom
El atentado a la Torres Gemelas estableció las bases del todo vale en la lucha contra el terrorismo, e instaló la certeza de que todos los árabes son terroristas, simpatizantes del terrorismo, o eventuales terroristas. ¿Todos? No, se dejó fuera de la lista a los grandes amos del petróleo, a los sátrapas saudíes o de los emiratos, sujetos que hacen de la violación de los derechos humanos la base de sus permanencias.
Hoy caen bombas en Gaza, y el discurso de los indignados al referirse a los palestinos habla de Hamás y Fatah. Por un lado están los extremistas, yihadistas de Hamás que reciben de Israel un castigo “desproporcionado”, faltaría más, y del otro lado Fatah, algo así como extremistas moderados en los que tampoco se puede confiar. Lo que no se menciona es la existencia de la Autoridad Nacional Palestina, nacida el 1994 tras los acuerdos de Oslo, encargada de gobernar y organizar la sociedad civil de una nación carente de Estado, cuyo estatus en las Naciones Unidas es de simple observador, con derecho a voz pero no a voto. Y lo que es peor, se omite que la Autoridad Nacional Palestina, pese a haber renunciado a los ataques contra Israel, se debilitó sistemáticamente, hasta perder el gobierno en Gaza, justamente por los incumplimientos israelíes de resoluciones avaladas por Naciones Unidas que eran sus razón de ser. Cada mandato que Israel no cumplió avivó la hoguera del odio fundamentalista.
Nada justifica los ataques contra territorio israelí, el lanzamiento de una media de ochenta proyectiles diarios dirigidos a blancos civiles, a escuelas, hospitales, centros de trabajo. El discurso de Hamás habla de echar al mar a los judíos y es desde todo punto de vista inaceptable, pero tampoco nada justifica el padecimiento de los palestinos, las humillaciones de todos los días, el despojo de tierras, la existencia de muros vergonzantes, la cotidiana anexión, metro a metro, de Jerusalén.
En España se tiene meridianamente claro que ETA no es sinónimo de los vascos, en Irlanda el IRA no fue sinónimo de los irlandeses, de la misma manera Hamás no representa el deseo palestino de tener un País, un Estado soberano. Los palestinos y su diáspora en los campos de refugiados deberían avergonzar a Occidente, mas el mundo democrático y civilizado ha permanecido siempre impasible, inoperante, mudo, ante los padecimientos de un pueblo humillado.
En 1982 occidente calló tras las masacres de Sabra y Chatila, cuando las milicias pro Israel en Libano, siguiendo órdenes precisas de Ariel Sharon –premio Nobel de la paz-, asesinaron a tres mil hombres, mujeres, niños, ancianos, mataron a todo lo que se movía en esos dos campos de refugiados palestinos. No representaban ni el menor peligro para Israel, y los asesinaron. Occidente no abrió la boca porque nadie quiso ni quiere ser sospechoso de antisemitismo. Aunque parezca un contrasentido, se supone que los países, que los Estados reconocidos en el bando “civilizado” de la humanidad, deben, entre otras cosas, garantizar la seguridad de la población civil en caso de guerra. Existen convenciones como la de Ginebra, pero luego del ataque al Trade World Center, el todo vale, la ley del más fuerte, el cinismo y las “preocupaciones ante las respuestas desproporcionadas” son, para la derecha y el fundamentalismo religioso de Israel, que también existe, un cheque en blanco para la solución final del problema palestino.
Qué Israel debe tener fronteras seguras es una perogrullada, mas la pregunta subyacente es ¿cuáles son esas fronteras? Que los palestinos tienen derecho a un Estado reconocido internacionalmente también lo es, y la pregunta que queda es: ¿tiene occidente siquiera el mínimo deseo que eso suceda? A los bombardeos de Gaza seguramente seguirá una tercera intifada, y una vez más veremos al pequeño David palestino enfrentado con una honda al Goliat artillado israelí, y cada hijo, cada hermano, cada novia muerta, será aprovechado en las escuelas del odio para formar yihadistas dispuestos a inmolarse y con ellos a inmolar el sueño justo de una patria palestina.
Mal empieza el año 2009. Shalom no es más que una bella palabra y, como leí hace tiempo en un grafiti colombiano: mientras los miserables sean los dueños de la fuerza La Paz seguirá siendo una bonita ciudad boliviana.
sábado, 3 de enero de 2009
Carta al New-York Times (2 de diciembre 1948, en inglés)
Les entrego aquí la versión en inglés de la carta de intelectuales judíos al New York Times del 2 de diciembre de 1948, que he sacado de este sitio.
TO THE EDITORS OF THE NEW YORK TIMES:
Among the most disturbing political phenomena of our times is the emergence in the newly created state of Israel of the "Freedom Party" (Tnuat Haherut), a political party closely akin in its organization, methods, political philosophy and social appeal to the Nazi and Fascist parties. It was formed out of the membership and following of the former Irgun Zvai Leumi, a terrorist, right-wing, chauvinist organization in Palestine.
The current visit of Menachem Begin, leader of this party, to the United States is obviously calculated to give the impression of American support for his party in the coming Israeli elections, and to cement political ties with conservative Zionist elements in the United States. Several Americans of national repute have lent their names to welcome his visit. It is inconceivable that those who oppose fascism throughout the world, if correctly informed as to Mr. Begin’s political record and perspectives, could add their names and support to the movement he represents.
Before irreparable damage is done by way of financial contributions, public manifestations in Begin’s behalf, and the creation in Palestine of the impression that a large segment of America supports Fascist elements in Israel, the American public must be informed as to the record and objectives of Mr. Begin and his movement.
The public avowals of Begin’s party are no guide whatever to its actual character. Today they speak of freedom, democracy and anti-imperialism, whereas until recently they openly preached the doctrine of the Fascist state. It is in its actions that the terrorist party betrays its real character; from its past actions we can judge what it may be expected to do in the future.
Attack on Arab Village
A shocking example was their behavior in the Arab village of Deir Yassin. This village, off the main roads and surrounded by Jewish lands, had taken no part in the war, and had even fought off Arab bands who wanted to use the village as their base. On April 9 (THE NEW YORK TIMES), terrorist bands attacked this peaceful village, which was not a military objective in the fighting, killed most of its inhabitants—240 men, women, and children—and kept a few of them alive to parade as captives through the streets of Jerusalem. Most of the Jewish community was horrified at the deed, and the Jewish Agency sent a telegram of
apology to King Abdullah of Trans-Jordan. But the terrorists, far from being ashamed of their act, were proud of this massacre, publicized it widely, and invited all the foreign correspondents present in the country to view the heaped corpses and the general havoc at Deir Yassin.
The Deir Yassin incident exemplifies the character and actions of the
Freedom Party.
Within the Jewish community they have preached an admixture of ultranationalism, religious mysticism, and racial superiority. Like other Fascist parties they have been used to break strikes, and have themselves pressed for the destruction of free trade unions. In their stead they have proposed corporate unions on the Italian Fascist model.
During the last years of sporadic anti-British violence, the IZL and Stern groups inaugurated a reign of terror in the Palestine Jewish community. Teachers were beaten up for speaking against them, adults were shot for not letting their children join them. By gangster methods, beatings, window-smashing, and wide-spread robberies, the terrorists intimidated the population and exacted a heavy tribute.
The people of the Freedom Party have had no part in the constructive achievements in Palestine. They have reclaimed no land, built no settlements, and only detracted from the Jewish defense activity. Their much-publicized immigration endeavors were minute, and devoted mainly to bringing in Fascist compatriots.
Discrepancies Seen
The discrepancies between the bold claims now being made by Begin and his party, and their record of past performance in Palestine bear the imprint of no ordinary political party. This is the unmistakable stamp of a Fascist party for whom terrorism (against Jews, Arabs, and British alike), and misrepresentation are means, and a "Leader State" is the goal.
In the light of the foregoing considerations, it is imperative that the truth about Mr. Begin and his movement be made known in this country. It is all the more tragic that the top leadership of American Zionism has refused to campaign against Begin’s efforts, or even to expose to its own constituents the dangers to Israel from support to Begin.
The undersigned therefore take this means of publicly presenting a few salient facts concerning Begin and his party; and of urging all concerned not to support this latest manifestation of fascism.
ISIDORE ABRAMOWITZ, HANNAH ARENDT, ABRAHAM BRICK, RABBI JESSURUN
CARDOZO, ALBERT EINSTEIN, HERMAN EISEN, M.D., HAYIM FINEMAN, M. GALLEN, M.D., H.H. HARRIS, ZELIG S. HARRIS, SIDNEY HOOK, FRED KARUSH, BRURIA KAUFMAN, IRMA L. LINDHEIM, NACHMAN MAISEL, SEYMOUR MELMAN, MYER D.
MENDELSON, M.D., HARRY M. OSLINSKY, SAMUEL PITLICK, FRITZ ROHRLICH,
LOUIS P. ROCKER, RUTH SAGIS, ITZHAK SANKOWSKY, I.J. SHOENBERG, SAMUEL
SHUMAN, M. SINGER, IRMA WOLFE, STEFAN WOLFE.
New York, Dec. 2, 1948