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domingo, 22 de febrero de 2009

Informe sobre Gaza

Una delegación, constituida por iniciativa del Colectivo Nacional para una Paz Justa y Permanente entre palestinos e israelíes –que agrupa a más de 60 organizaciones- visitó la Franja de Gaza del 18 al 24 de enero. La delegación estaba formada, por una parte, por los médicos y el personal sanitario en primer lugar para intervenir en las estructuras sanitarias de la Franja de Gaza. A su llegada, la delegación comprobó que las necesidades de personal médico estaban plenamente satisfechas gracias a la llegada masiva de médicos desde hacía diez días.

Por otra parte, también formaban parte de la delegación trabajadores sobre las cuestiones de los derechos jurídicos para recoger testimonios en el marco de la denuncia presentada ante el Fiscal de la Corte Penal Internacional, iniciado por más de 400 asociaciones de Europa, del continente americano y de África.

Algunas cifras

2.500 ataques aéreos.

1.000 toneladas de explosivos lanzadas sobre la Franja de Gaza entre el 27 de diciembre y el 17 de enero.

Más de 100 ataques aéreos, en una sola noche, sobre la frontera egipcia.

16 ambulancias atacadas directamente y destruidas.

13 mezquitas destruidas, otras 53 destruidas parcialmente.

Cementerio destruido, tumbas profanadas

Escuelas bombardeadas

Universidad…

Instituciones palestinas, centros de policía, centro de reuniones, ministerios…

Las estructuras médicas siguientes han sufrido numerosos daños: la clínica Atatra (en el norte de la Franja de Gaza), destruida, no puede reanudar su actividad; la clínica Shuahada Al Shate (ciudad de Gaza), muy dañada; dos clínicas de Khan Younis, la clínica Shuahada y la llamada Khuzaa. Así como una clínica en Rafah, Fukhari. El hospital pediátrico de Dora, atacado varias veces todavía no puede reanudar sus actividades.

El hospital de la Sociedad de la Media Luna Roja palestina, en el sur de la ciudad de Gaza, fue bombardeado el 15 de enero. El hospital Al Wafa, especializado en rehabilitación, situado en el este de la ciudad de Gaza, fue objeto de disparos de misiles el 15 de enero.

Donums (1 donum=1.000m2, N. de T.) arrasados con escavadoras, invernaderos, sistemas de riego, campos triturados y permanentemente inutilizables.

450 casas fueron aplastadas deliberadamente por los tanques.

2.500 viviendas totalmente destruidas por los bombardeos.

25.000 viviendas dañadas.

Más de 70.000 palestinos desplazados.

La UNRWA habilitó 50 refugios de emergencia para acoger a 49.693 personas desplazadas.

14 socorristas muertos, otros 35 heridos.

1 médico asesinado.

5 periodistas muertos.

1.346 muertos, entre ellos 417 niños.

280 enfermos crónicos muertos durante la agresión por falta de cuidados y medicamentos.

5.450 heridos, entre ellos 1.855 niños y 795 mujeres.

442 pacientes se trasladaron de Rafah, la mayoría por heridas y algunos por enfermedades crónicas, de los que murieron al menos 21.

Utilización de fósforo blanco, prohibido por el derecho internacional, especialmente contra civiles y zonas residenciales. Hay que recordar que el uso de dicha sustancia sólo se autoriza para iluminar las zonas durante la noche o para «beneficiarse» de una cortina de humo, pero en cualquier caso, esos usos tolerados están absolutamente prohibidos en las zonas urbanas. Así, el Protocolo III sobre la prohibición o limitación de la utilización de armas incendiarias –Protocolo adicional a la Convención de las Naciones Unidas de 1980 sobre la prohibición o la limitación del uso de algunas armas clásicas- prohíbe la utilización de armas incendiarias contra los civiles. Eso se aplica a las armas de fósforo blanco. Convertida en regla de derecho internacional consuetudinaria, y por lo tanto vinculante también para el Estado Israelí, aunque no forme parte del Protocolo III.

Utilización de gas tóxico que ha provocado asfixias, aumentos considerables de la temperatura corporal y alteraciones nerviosas.

Utilización de gases pestilentes en algunos barrios.

Utilización de munición Dimes, compuesta de explosivos y un polvo denso de metales pesados, como el tungsteno, que pueden tener efectos tóxicos.

Posiciones del ejército israelí

- Al norte, entrando por Beit Hanoun –Eretz- y al oeste, cerca del mar, zona violentamente arrasada. Se estableció un campamento en Al Atatra que daba acceso a Beit Lahyia y a Jabalyia. La infantería confiscó una escuela. A partir de Beit Hanoun, tomando la carretera de Salah El Din (que cruza la Franja de Gaza, por el medio, de norte a sur) los soldados, en su avance, destruyeron y arrasaron la mayoría de las fábricas de transformación, sin olvidar las numerosas devastaciones de campos y caminos, antes de llegar a la ciudad de Gaza. Más de 400 casas totalmente destruidas.

- Al nordeste, entrando por los puentes de El Shijaia –Nahal Oz- Y de El Montar –Karni- (lugar de paso de los suministros alimentarios, cerrado desde hace varios meses), avanzaron hacia la antigua colonia de Netzarim y sobre Zeitoun, donde tuvieron lugar varias masacres de civiles y enormes destrucciones de casas y campos agrícolas.

- En el centro, llegando a Gaza desde el norte y el nordeste por los puntos de paso antedichos, más de 550 casas destruidas. La ciudad ha sido bombardeada por tierra, mar y aire.

- En el centro, pasando por Wadi Gaza, se detuvieron en una antigua colonia y avanzaron hasta el pueblo de Al Zahra, destruyendo más de 50 casas de la zona.

- Al sureste, entrando por El Qarara –Kifussim- hasta 700 metros, región arrasada por los bombardeos de los tanques. El objetivo era llegar a Deir El Balah donde tuvo lugar un intento de desembarco por mar al que se opuso la resistencia, 14 muertos, de ellos 4 civiles. En El Qarara, estaba apostada una unidad que disparaba violentamente sobre todo lo que se movía.

- Al sureste, en Khan Younis, numerosas incursiones desde los pueblos de Khuzaa (a 400 metros de la frontera israelí) y Abassan Jadida. Esta ciudad del sur ha sufrido numeroso bombardeos por tierra y aire que han causado más de 83 muertes de civiles.

- Al sureste, en la ciudad de Abassan Jadida, 5 días antes del alto el fuego, se lanzaron bombas de fósforo sobre la población civil que mataron a 16 personas, la mayoría mujeres y niños, y dejaron más de 100 heridos.

- Al sur, en el paso de Shufa –Sofa crossing-, el ejército entró hasta la carretera principal, Salah El Din, para llegar a Khan Younis. Sobre el pueblo de El Fukari lanzaron bombas de fósforo blanco que cayeron sobre un terreno de juego, cerca de casas y campos de cultivo. Más de 10 casas resultaron totalmente destruidas.

- Al sur, en la frontera egipcia, numerosos ataques afectaron el aeropuerto de Gaza, objetivo de numerosos ataques desde la segunda Intifada. También lanzaron muchos ataques sobre la ciudad de Rafah y especialmente sobre «el corredor de Filadelfia», lugar donde están los túneles, auténticos pulmones de vida para el conjunto de la Franja de Gaza.

Lo que hemos oído

«El enemigo puede matar a las personas, destruir las casas, pero nunca acabará con la resistencia.

«Nunca se levantará la bandera blanca sobre esta tierra», director del hospital Al Wada, FJ.

«Si los israelíes nos quieren, que vengan a buscarnos, pero que no maten a nuestros hijos», OHB.

«No han alterado nuestra determinación de conseguir la libertad y la independencia»

«Los países occidentales y la comunidad internacional han caído muy bajo en nuestra estima»

«Nuestra única esperanza está en las manifestaciones de los ciudadanos de todo el mundo que todavía tienen un poco de conciencia, pero es importante que esta movilización no se reivindique en nombre del Islam, se trata de una injusticia humana»

«Nosotros no creemos en el choque de las civilizaciones. Todos los pueblos del mundo forman parte de la civilización humana, siguen y seguirán haciéndolo»

«La sociedad civil debe darnos la esperanza de creer en la libertad, la cooperación el asociacionismo, el respeto de los derechos humanos, si no, perderemos la esperanza y no tendremos otra elección que girar hacia los extremos. ¡Es un círculo vicioso! La sociedad civil debe romper ese círculo vicioso y demostrarnos que la cooperación es posible.

«Estos crímenes de guerra no son nuevos, vivimos con ellos desde hace mucho tiempo, lo que es nuevo es que por primera vez los medios de comunicación han mostrado en directo lo que estaba pasando»

«Tras estos 22 días de agresión, todavía no hemos perdido nuestra paciencia para resistir, nuestra tranquila determinación a resistir», ministro de Sanidad.

«Somos como los recién nacidos que no tienen nada, lo hemos perdido todo»

«Es nuestro destino»

«Hay que procesar al ejército israelí»

«Sarkozy ha operado un giro cualitativo en la política francesa intentando quebrar la influencia estadounidense en el mundo y especialmente en Oriente Próximo, sin embargo se percibe un tufo de armonía con el sionismo. Así, mientras nosotros estábamos bajo las bombas del Estado de Israel, él afirmó que ese Estado es una gran democracia».

«Nosotros estamos abiertos a la paz, justa y permanente, entre dos partes iguales, no una paz entre un caballero y su caballo»

«Tengan compasión de los niños, no es dinero ni comida lo que queremos, queremos la libertad, la seguridad y que los niños duerman sin miedo», agricultor de Alatatra Siafa, SD.

«¿Se puede concebir que asesinen a las personas y además tiren el techo sobre ellas para borrar el crimen?»

«¿Por qué?»

«¿De qué somos culpables, de qué son culpables los niños, qué han hecho ellos?»

«Dejen en paz a los niños ¿Por qué los han matado los soldados?»

«¿Cómo voy a traer a su madre a mis niños cuando me lo pidan? Sólo puedo traerlos a mi casa para que su abuela los cuide», MS, agricultor de Zeitoun.

«¿Por qué?»

«¿Por qué?»

«¿Por qué matan a los civiles?», estudiante H. El D.

«Es una guerra como ninguna otra en el mundo, disparaban incluso a los animales, a las aves, todo lo que se movía era un objetivo», agricultor, H.M.

«Gaza es una tierra maldita donde matan a los más pobres» N.

«Aquí sólo hay familias de campesinos, ¿Qué han hecho para merecer esto?» Agricultor, M.

«Sólo nos queda rezar y resistir»

A propósito de la tregua que empezó el 19 de enero a la 1 de la madrugada

- Miércoles 21 de enero, 6:15 h, playa de la ciudad de Gaza, al pie del hotel Palestina, disparos de obuses sónicos desde los barcos israelíes. 2 barcos de guerra israelíes cruzan a lo largo frente a la ciudad de Gaza. Disparos de ametralladora sobre los pescadores cuyas embarcaciones estaban a menos de 700 metros de la playa.

- Jueves 22 de enero 6:15 h, playa de Gaza, al pie del hotel Palestina, disparos de obuses sónicos desde barcos israelíes. 3 barcos cruzan frente a Gaza. Disparos de ametralladora sobre los pescadores cuyas embarcaciones estaban a menos de 500 metros de la playa. Dos pescadores heridos.

- 13:30 h, cerca de Beit Laya, Al-Atatra, Siafa, dos disparos de ametralladora procedentes de la zona fronteriza.

- Viernes 23, 15 h, Al Atatra, en los campos agrícolas, disparos de artillería.

- Viernes, 23, 12 h, Khuza, sureste de la ciudad de Khan Younes, a 450 metros de la frontera israelí, disparos de ametralladora dirigidos a impedir que los habitantes cuyas casas fueron destruidas volvieran a sus hogares.

- Entrevista con Raji Sourani, director del Centro Palestino para los Derechos Humanos de Gaza.

Entrevista en El Cairo a la llegada de la delegación, se mencionaron de entrada los aspectos positivos de esta masacre de 22 días: «uno de los aspectos positivos de esta masacre es que ahora existe una nueva situación en Palestina, un antes y un después del 27 de diciembre. Esta agresión de 22 días ha devuelto al primer plano de la escena internacional la cuestión palestina, que estaba sepultada bajo un montón de conspiraciones de silencio».

El Estado de Israel ha tenido que declarar un alto el fuego sin conseguir la rendición de la resistencia palestina compuesta, además de por Hamás, por Fatah, el Frente Popular y la Yihad Islámica.

Para información, el número de resistentes muertos se eleva a 120, de ellos 48 de Hamás, 42 de Fatah, y el resto de las otras fuerzas.

Los crímenes de guerra cometidos por el Estado israelí no son los primeros, ya que esto dura desde 1948 con el aval de la comunidad internacional, que envuelve a los responsables de los crímenes con velo de la impunidad. Durante esos 22 días, por primera vez, los crímenes de guerra perpetrados en la Franja de Gaza, gracias a ciertos medios de comunicación, han ocurrido ante los ojos del mundo entero y a veces en directo, lo que quizá también servirá para fomentar la lucha por un proceso contra los actos de agresión y los crímenes de guerra.

Testimonios

Azebet Abed Rabo, al este de Jabalyia, zona esencialmente agrícola

- Omar HB, fontanero.

Miércoles, 7 de enero, 12:50 h.

El bombardeo de un inmueble de 5 pisos fue tan violento que dos de los pisos quedaron enterrados No se ve ningún rastro de vida.

«No entiendo dónde está parte de la casa»

Aquí vivían 70 personas. Antes del bombardeo, los militares israelíes llegaron y nos obligaron a salir. Un militar disparó a bocajarro sobre tres niños hermanos.

Khaled M. perdió dos hijas de 3 y 6 años y a su hijo de 4 años.

«Es necesario que todo el mundo sepa que en esta casa no estaba Hamás ni había brigadas, era una casa pacífica»

Martes, 13 de enero.

Las excavadoras llegaron y destruyeron 50 casas, la aviación que les prestaba apoyo estratégico lanzó dos bombas que mataron a 7 personas. Las demás se refugiaron en una escuela de la UNWRA.

Al Atatra, norte de Jabalya. Zona estratégica elevada con vistas sobre Beit Laya y Jabalya.

Domingo, 4 de enero, 7 h.

- Mohamed Nahib Ghunienne.

Los soldados, a golpes de ametralladora, forzaron la puerta de la casa de dos pisos de Azizi H.G.

Los paracaidistas se apostaron en el tejado para cubrir el avance de la infantería. La casa se utilizó como base militar. Numerosas pintadas dan testimonio de la presencia del ejército «Israel para siempre» entre otras…

Su hermana, madre de 7 niños fue asesinada.

Su madre también.

Zachia, de 18 años, también.

10 h.

Su tía, Ebtissan, de 39 años, asesinada a bocajarro cuando se encontraba en la escalera, sólo quedan los restos de sangre.

En el primer piso vivía su hermano de 51 años, Tellal, abatido por un disparo a bocajarro en el pecho. Su familia contactó al mismo tiempo con la Media Luna Roja y los servicios de las Naciones Unidas, los soldados no permitieron su evacuación. Murió porque no pudo ser rescatado.

En el mismo lugar

- Omar K, de 26 años, estudiante en la escuela de enfermería, padre de 3 hijos.

Su casa fue completamente arrasada por un tanque después de un asedio de 6 horas.

Mientras los miembros de su familia salían agitando una bandera blanca, su madre y su cuñada fueron asesinadas por los disparos.

Otros quedaron enterrados en la casa. Al cabo de 2 horas y media los soldados, con la ayuda de los paracaidistas, forzaron la puerta y obligaron a los hombres a desnudarse antes de agruparlos en la escuela situada a cien metros de su casa.

Durante el traslado de la casa a la escuela, a Omar K. y a otro hombre los llevaron aparte.

Con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda los arrojaron a un tanque y para evitar que se movieran lanzaron sobre sus piernas un saco de arena y la tapa del tanque.

Ya en Israel, Omar fue interrogado acerca de Gilad Shalit. Los interrogadores le propusieron colaborar. Al rehusar, le golpearon con las culatas de los fusiles en los brazos y por todo el cuerpo, incluidos los genitales. Cuando pidió agua, sólo le dieron orina. Todavía sufre problemas estomacales.

Después de dos días, le trasladaron de Eretz a Sderot, donde continuaron los interrogatorios y la tortura psicológica. Una vez más le propusieron colaborar a cambio de dinero. Al rechazarlo, trajeron a sus hijas y las desnudaron. Los soldados querían hacer una foto de Omar con las niñas.

Algunas horas más tarde, arrojados en un coche, siempre con los ojos vendados, los soltaron en Eretz. Le aconsejaron que caminase en línea recta y sobre todo que no se desviase de la trayectoria que le aconsejaban, ya que un avión los vigilaba y en cualquier momento podría disparar sobre ellos.

Una vez franqueado lo que queda del puesto de la frontera palestina, un hombre les avisó de que un tanque, apostado no lejos de allí, los esperaba.

Omar estuvo hospitalizado durante tres días, suturaron sus heridas y curaron su brazo fracturado a culatazos.

Al Atatra Si Afa, cerca de Beit Laiya, cerca de la zona fronteriza

Un fuerte olor a fósforo flota sobre el pueblo.

Domingo, 5 de enero, 16 h.

- Omar Abu Alime, de 18 años, alumno de último curso.

Su familia, con sobrinos, primos, tíos y tías, estaba reunida para el almuerzo, 14 personas.

Desde las primeras bombas se declaró un incendio en la casa. Su madre resultó herida por una bomba, así como su tía y dos de sus hermanos.

Ninguna ambulancia pudo acercarse a la casa. Su padre decidió mover a los heridos y los muertos con la ayuda de un tractor. Durante la evacuación de los heridos de la casa en el tractor, la artillería israelí, que había entrado por el puesto fronterizo de Eretz –a 4 Km del pueblo- disparó sobre dos primos de Omar que murieron por los disparos. Tenían 18 y 19 años.

Los soldados interceptaron a las personas que transportaban a los heridos. Uno de ellos ordenó a Omar que levantara su camisa. Lo hizo y aprovechando un momento de descuido huyó y se escondió en un remolque.

Su padre, Mohamed, mientras transportaba a los heridos fue detenido y obligado a desnudarse frente a las ametralladoras. «¡Llevas un bonito slip!».

Los soldados sólo permitieron la evacuación de los heridos, 4 de los muertos quedaron en la trasera del tractor. Uno de los soldados que participaron en esta agresión ha declarado: «Me siento desolado por lo que hicimos»

Algunos de los heridos, por falta de asistencia, murieron en un automóvil intentando cruzar la rotonda principal del pueblo de Al Atatra. Una excavadora del ejército israelí aprovechó para enterrar a los muertos en los restos del coche. Permanecieron sin sepultura durante 14 días. Sólo podían ser enterrados el jueves…

En esta localidad agrícola, donde hay numerosos cultivos de invernadero, los campos, los invernaderos y el sistema de riego fueron totalmente aplastados por las excavadoras procedentes de Eretz.

Destrozaron la tierra a varios metros de profundidad. Aquí se manifiesta una voluntad deliberada de dañar de forma permanente la actividad agrícola de los palestinos, haciéndoles la vida imposible, con la destrucción de las producciones agrícolas en esta parte de la Franja de Gaza.

El objetivo estratégico en esta zona es ampliar la tierra de nadie establecida entre la frontera y las antiguas colonias evacuadas desde 2002.

El muro erigido desde esa fecha no parece suficiente para los dirigentes israelíes, la operación «plomo fundido» también es una oportunidad para extender esa zona.

Este pueblo perdió a más de 50 personas, dos decenas de casas han sido arrasadas, más de cien dañadas y numerosos donums de tierra han quedado inutilizados para una temporada.

Barrio de Zeitoun, sur de la ciudad de Gaza.

- Moktar Sammouine, agricultor.

27 de diciembre

Cuando empezaron los ataques mi hija tomaba café con su marido, el cual tenía a su hijo de 10 meses sobre las rodillas. Un obús los mató. Mi hija resultó herida y tuvo que permanecer 8 días en el hospital.

Todo el mundo me disuadía de trasladarla al hospital. Pero tanto si estaba muerta como si no, yo quería hacerlo. Conseguí una ambulancia y cuando llegamos al hospital mi hija recobró el conocimiento. Actualmente está bien, y su hijo que nacerá dentro de dos meses no ha sufrido a consecuencia de sus heridas. El hijo viene bien. Pero ya no tiene padre. ¿Qué le va a decir su madre cuando pregunte por qué mataron a su padre?

- Ahmad Rachid Sammounie

4 de enero, 11:30 h.

Mi hermano estaba en su casa, encerrado con su familia. Un soldado hizo volar la puerta en pedazos y disparó sobre mi hermano.

Un disparo de tanque impactó contra la casa, mi sobrino de pocos meses murió. Mientras salían los supervivientes, un soldado disparó al regazo de mi cuñada.

Mi padre, mi madre, dos de mis hermanos y dos de mis primos también fueron asesinados.

- Moktar Sammounie, agricultor.

Domingo, 5 de enero, entre las 7 y las 7:30 h.

Un avión Apache lanzó misiles sobre una casa, un segundo después otro se estrelló contra un contenedor en el que se conservaban las aceitunas de la última cosecha.

Llegaron más Apaches, los paracaidistas se desplegaron sobre el tejado de algunas casas.

Mi hija, embarazada, resultó afectada y parecía que no respiraba, la mujer de mi sobrino se derrumbó.

Los supervivientes de la casa bombardeada corrieron, se arrastraron para escapar de los disparos de los tiradores. Otra de mis hijas cayó bajo las balas con su hijo en los brazos.

El segundo día sacaron a la fuerza a más de cien personas de sus casas bajo la amenaza de los tanques y los soldados, que rápidamente apresaron a algunos de ellos. Los amontonaron en un refugio. Todos pensaban que duraría algunas horas. No llevaban agua ni alimentos.

Al cabo de algunas horas, los soldados les dieron dos litros de agua que se utilizaron rápidamente para elaborar pan.

El tercer día muchos reclamaban agua y alimentos, al menos para los niños.

«Yo me había deslizado para ir a buscar algo a mi casa, en ese momento un F16 lanzó dos misiles sobre el refugio donde estaban amontonados los habitantes. Volví sobre mis pasos escondiéndome detrás de los árboles. Los encontré muertos. Oí gritar a algunos supervivientes para que los soldados dejasen de matarnos. Se levantaron banderas blancas. Los soldados disparaban a los pies y las piernas. También disparaban a cualquier persona que intentase huir o evacuar a algunos supervivientes heridos.

Cuando por fin pudo acudir la Media Luna Roja, llegaron las ambulancias, pero no pudieron acercarse. Sólo después de varias horas las del hospital Al Quds pudieron acceder a los heridos, pero bajo el fuego de los agresores. Únicamente lograron evacuar a dos niños de 3 y 7 años.

Pedimos la evacuación de los cadáveres de los que habían sido asesinados por los soldados, insistimos para que salvaran a algunos niños que aún vivían. No hicieron nada. Los soldados permanecieron insensibles a sus llantos y sus gritos, entonces tres de ellos fueron asesinados por los tiradores; otro fue ejecutado durante su evacuación.

Durante cuatro días, Zeitoun ha estado bajo el fuego incesante de los disparos, incluso cuando algunos de nosotros intentábamos buscar a los heridos.

Durante 18 días los socorristas no pudieron llegar hasta nosotros…

Hasta el día decimonoveno no pudimos recuperar los cadáveres de nuestros familiares sepultados bajo los escombros del refugio.

¿Dónde estaban las organizaciones de derechos humanos?

No sólo nos han masacrado, además saquearon nuestras casas, robaron el dinero reservado para la peregrinación a La meca; en casa de mi hermano, que padece una hernia, robaron el dinero que atesoraba para que lo atendieran en Egipto.

Ciudad de Jabalya, cerca de la escuela de Faqqura, donde fueron asesinadas más de 40 personas.

- Hussein El Dib, 27 años, estudiante de Derecho.

Martes, 6 de enero, 15:30 h.

Estábamos en familia, sentados bajo el toldo, de repente un misil aterrizó en el huerto colindante. Un segundo después cayó otro. El humo lo invadió todo. Sólo se oían los gritos de mi familia.

La metralla de los obuses mató instantáneamente a mi madre, a mi hermano y a sus hijos y además a los hijos de mi otro hermano. Diez personas de mi familia murieron en pocos segundos sin saber por qué. Aquí no hay ninguna instalación militar ni personal militar.

¿Por qué nos ha ocurrido esto?

Uno de mis sobrinos tiene una pierna amputada. Mi sobrina sufre una grave lesión en la cabeza y la mujer de uno de mis sobrinos todavía tiene metralla de obús en su cuerpo. A mí me hirieron en el vientre y en la pierna izquierda. Yo ayudaba a mi familia económicamente, ahora con la muerte de algunos de nosotros y mi imposibilidad de trabajar no sé qué vamos a hacer. No hay nada más que decir ¿Qué más quieren que les diga? ¿Por qué?

Hospital Al Awda, ciudad de Gaza.

Centro de 50 camas donde se practica todo tipo de cirugía excepto cardiología y neurocirugía.

- Entrevista con el director, el Doctor Fadel.

Entre el 27 de diciembre y el 17 de enero, recibimos 379 heridos de los que 17 han muerto. El 45% eran mujeres y niños.

La cirugía ha consistido esencialmente en amputar. Las heridas producidas por los misiles lanzados por los aviones obligan a eso.

Hay numerosas fracturas de pierna y fracturas abiertas de nariz. Por otra parte, la mayoría de las heridas debidas a la metralla de los obuses han necesitado numerosas intervenciones para retirarla.

Pero en algunas víctimas con ese tipo de heridas no es posible retirar las esquirlas. Tendrán que vivir con ellas…

Muchas de las heridas son consecuencias, esencialmente, del derrumbamiento de las casas que fueron aplastadas por los bombardeos sobre los habitantes.

Algunos atentados dirigidos han provocado hemorragias internas y heridas en numerosos puntos.

Hospital de Shifa

- Entrevista con el director del hospital, Hassan Achour, y con el encargado de las relaciones públicas, Samir Ouemed.

Desde el 27 de diciembre, en 15 minutos a partir de las 11:30 h, momento en el que más de 60 aviones acribillaron a bombazos el local de la policía de la ciudad de Gaza mientras muchos niños cruzaban la calle camino a las escuelas vecinas, murieron 180 personas y llegaron 300 heridos a la vez. Las 16 salas de operaciones estaban abiertas. Tuvimos que meter dos heridos en cada sala. Pero tampoco era suficiente. Caminamos sobre los cadáveres, pero no pudimos expresar los sentimientos. Los heridos morían por falta de atención urgente. Fuimos a instalar salas de urgencias en algunos locales de las ONG… afortunadamente respondieron bien.

Uno de mis colegas vio llegar a su hijo herido. No tuvo tiempo de hablar con él o de abrazarle para consolarlo. Sólo había tiempo para curar, nada más que curar, seguir curando para salvar al mayor número posible. El hijo de mi colega fue enviado a Bélgica donde todavía sigue.

Estuvimos sin dormir durante tres semanas, casi sin tiempo para hablar, la mayoría de nosotros estuvimos en nuestros puestos, sin salir y sin ir a nuestras casas.

Por otra parte tuvimos verdaderos problemas técnicos, sin electricidad y a veces sin agua. Tuvimos que funcionar con generadores, lo que dio muchos problemas para la reanimación. Pero ¿Qué hacer? ¿Qué podíamos hacer?

Rápidamente los médicos de Egipto y también los noruegos se unieron a nosotros pasando por los túneles. Menos mal que existen los túneles, eso nos permitió recibir material sanitario, medicamentos y alimentos. Sin ellos habría muchos más muertos de hambre y por falta de asistencia.

Khusaa, a 400 metros de la frontera israelí.

- Tarek Najjar, 36 años, comerciante.

11 de enero, 5:30 h.

El ejército hizo disparos de mortero para facilitar la llegada de las fuerzas especiales a esta zona, y lanzó bombas de fósforo blanco. Las fuerzas especiales israelíes tomaron 6 casas y se instalaron durante toda la operación. Llegaron los tanques destruyendo todo a su paso, olivares, campos de cultivo, casas. Casi doscientas personas intentaron salir agitando banderas blancas. Los soldados dispararon, mataron a una mujer e hirieron a otra en una pierna. Acosaron a los habitantes y los reunieron en el centro del pueblo.

Una ambulancia intentó llegar para socorrer a la mujer herida. Imposible. Llamamos a la Media Luna Roja para organizar una coordinación. Imposible, pasaron 12 horas hasta que los socorristas pudieron acceder a los heridos. Para dejarlos trabajar sin problemas, los soldados arrestaron a 15 personas que trasladaron a Israel, donde las golpearon. Algunas han tenido que ser atendidas por brazos rotos y numerosos hematomas.

Mientras tanto llegaron 8 excavadoras y empezaron a destruir sistemáticamente más de 75 casas, sin importarles que los habitantes gritasen que estaban atrapados dentro. Algunos habitantes subieron a los tejados con banderas blancas para afirmar «Queremos salir, si tenemos que morir, que sea fuera».

Nada que hacer. Algunos de los habitantes que salieron antes de que los dientes de las excavadoras arrasaran sus casas se encontraron frente a los soldados. Los soldados dispararon y hubo heridos, entre ellos Yasmina El Najjar, de 26 años, y un muerto, Rawhiyyeh El Najjar, de 56 años. Destruyeron las casas sobre muchos de sus habitantes.

En el mismo lugar

- Mahmud Chauqi, 44 años, funcionario.

Destruyeron mi casa y además echaron arena sobre los escombros, ahora sólo hay arena y algunos escombros. No reconozco nada.

Durante el derribo de nuestras casas, los soldados obligaron a los habitantes que se habían negado a salir a que se desnudaran y fueran al centro del pueblo. En ese momento las fuerzas especiales dispararon sobre nosotros, hubo un muerto y heridos. Tuvimos que retroceder y nos agruparon en un patio, éramos cerca de 300.

Las excavadoras seguían y los cascotes caían sobre nuestras cabezas. Algunos intentaron llegar al centro del pueblo arrastrándose. Se reanudaron los disparos. Mahmud El Najjar, de 58 años, murió.

Intentamos alcanzar la escuela de la UNWRA, lanzaron una bomba de fósforo. Algunos volvieron a salir y consiguieron huir al pueblo de Bani Suela, a 7 kilómetros. Los tanques no dejaban de dispararnos, murieron 8 personas durante este éxodo.

Punto de información

No hay que olvidar que la Corte Penal Internacional es una herramienta imperfecta que, en realidad, tiene tendencia a considerar los crímenes de guerra sólo cuando los cometen los responsables de países no occidentales.

En el caso de la agresión israelí –en el sentido entendido por el Estatuto de Roma- es importante conseguir que los responsables de crímenes de guerra puedan ser presentados ante los tribunales para que sean juzgados por utilizar la fuerza armada contra el pueblo palestino, encerrado en la Franja de Gaza desde hace 18 meses por el bloqueo impuesto por el Estado israelí. Un encierro cuádruple: el impuesto por la ocupación desde hace 60 años; el que han dibujado las fronteras y los muros erigidos alrededor de la Franja de Gaza; el del embargo impuesto desde 2007, decidido para colonizar mejor el territorio y reducir a los palestinos al silencio; y finalmente la decisión de bombardear durante 22 días para destruir cualquier veleidad de resistencia del pueblo palestino.

1. Recurrir a la Carta de las Naciones Unidas.

Hay que recordar que el artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas también prohíbe totalmente tanto la amenaza como la utilización de la fuerza armada. Esta prohibición es una garantía normativa de la paz y seguridad internacionales para el conjunto de los pueblos, incluidos los que están bajo ocupación. La prohibición de recurrir a la fuerza se refiere a la utilización de la fuerza armada bajo todas sus formas: guerra, represalias o cualquier otra manera de utilización de las armas, incluido cuando toma la forma de una agresión.

La prohibición absoluta –y es necesario decirlo, salvo en los casos de legítima defensa y de la autorización del Consejo de Seguridad- forma parte, sin ninguna duda, de las normas imperativas del derecho internacional.

Con el desencadenamiento de una guerra de agresión y el ataque generalizado y a gran escala del conjunto del territorio de la Franja de Gaza, el Estado israelí ha violado esta disposición fundamental de la Carta de las Naciones Unidas.

2.- De la Corte Penal Internacional

En este asunto, las reglas de la competencia y el procedimiento son las que hay, por lo tanto la solidaridad obliga a denunciarlas e investigar las posibilidades de mover las líneas de acción para que el derecho de los pueblos sea la línea directriz de las relaciones internacionales. Pero es necesario tener en cuenta los límites y las insuficiencias, ya que la Corte Penal Internacional está pensada para el conjunto de los pueblos.

En lo que concierne a la Franja de Gaza, la denuncia de las asociaciones es posible en virtud del artículo 15.1, pero falta la cuestión de la admisibilidad, que depende de los términos del Estatuto de Roma.

El Fiscal se encuentra ante el hecho de que una de las partes, el Estado israelí, ha firmado el Estatuto pero no lo ha ratificado y que la otra parte, la Autoridad Palestina, obviamente no ha firmado el Estatuto, ya que sólo pueden hacerlo los Estados. Y esa es una de las prioridades, una exigencia del reconocimiento de la competencia de dicha Corte en lo que concierne a la agresión contra la Franja de Gaza. La argumentación es que el territorio de Gaza es un Estado de facto desde que Israel salió de él (1). Hay que recordar que Palestina, al no tener Estado, se ubica, debido a su estatuto como sujeto de derecho internacional, así como el conjunto de su población, bajo la protección de los organismos internacionales. Eso podría ayudar a la Corte Penal Internacional a sacar las conclusiones específicas.

También hay que tener en cuenta que se trata de violaciones graves de las normas imperativas del derecho internacional y de las normas consuetudinarias que conciernen a los conflictos armados, así como de las normas de la protección internacional de los derechos humanos en general y del derecho humanitario en particular, y considerar que el preámbulo del Estatuto de la Corte Penal Internacional expresa sin ambigüedad que los crímenes de esa gravedad amenazan la paz, la seguridad y el bienestar del mundo y que esos crímenes, entre los más graves, afectan al conjunto de la comunidad internacional y no deben quedar impunes.

Las asociaciones, atendiendo a la decisión del Fiscal, deberán trasmitirle las informaciones sobre los hechos comprobados.

Señalemos que si el Fiscal debe rechazar la petición, el derecho al juicio pasará por la presentación de denuncias penales contra los individuos, tanto del gobierno como del ejército israelíes, ante jurisdicciones nacionales y europeas, especialmente en Alemania, Gran Bretaña, España y Dinamarca. Otra vía seria es la de una presión intensiva sobre las delegaciones estatales de la Asamblea General de las Naciones Unidas para obtener la votación de una resolución que cree un Tribunal Penal Internacional ad hoc sobre el modelo de los de la ex Yugoslavia y Ruanda. El Consejo de Seguridad lo hizo utilizando la posibilidad de crear órganos subsidiarios. La Asamblea General también tiene esta posibilidad, y el veto no existe en la práctica. Por lo tanto, no parece ilusoria la esperanza de lograr una mayoría en ese sentido. Bastaría con que la sociedad civil, los movimientos sociales, presionasen a sus gobiernos respectivos para que éstos presentasen la denuncia ante la Asamblea General. Al hacerlo, los Estados no harían más que poner en acción sus obligaciones internacionales que les exigen respetar el derecho internacional y el derecho humanitario y, además, hacer que se respeten.

También hay que recordar que, de acuerdo con el derecho internacional, los palestinos tienen el derecho legítimo de resistir a la dominación colonial, a la ocupación y a las fuerzas ocupantes. Dado que el Estado de Israel perpetra las peores violaciones del derecho internacional y no respeta las Convenciones de Ginebra ni las demás reglas subsiguientes de las Convenciones, como los dos pactos de 1966, por lo tanto, los actos de resistencia son actos legales y legítimos. Sin hablar de las decisiones del Consejo de Seguridad que nunca respeta el Estado de Israel.

Recordemos asimismo el principio inalienable del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y ratificado por la resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General. Según esta resolución –que forma parte del derecho consuetudinario- «Todo Estado tiene el deber de abstenerse de recurrir a cualquier medida de coerción que prive de su derecho a la autodeterminación (…) a los pueblos mencionados…»

Es oportuno recordar con firmeza al Estado de Israel y a los países occidentales que avalan la política de apartheid y dominación colonial del pueblo palestino, que la resolución 1514 de la Asamblea General afirma que: «…el sometimiento de los pueblos a una subyugación, a una dominación y a una explotación extranjeras constituye una negación de los derechos humanos fundamentales, es contrario a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y la cooperación internacionales…»

Es imperativo acabar con la impunidad de los autores de tales crímenes y actuar en el sentido de prevenir nuevos crímenes.

Agenda de la delegación

Lugares visitados y entrevistas realizadas

18 de enero

El Cairo

- Comité de apoyo a Palestina

- Unión de Médicos Árabes

- Raji Sourani, presidente del Centro Palestino de los Derechos Humanos.

19 de enero

- Embajada de Francia en El Cairo

Al Arish, a 450 Km de El Cairo:

- Reunión con el Comité Popular de los Derechos Humanos del ciudadano, Partido de coalición, Tagamon, Partido El Karania.

20 de enero

Rafah, frontera egipcia:

- UNWRA

- PCHR

Rafah, corredor de Filadelfia:

Khan Younis

- Reunión con el responsable de las relaciones públicas del PCHR.

21 de enero

Azebet Abed Rabo, cerca de la ciudad de Jabalia, al norte de la Franja de Gaza.

- Testimonio.

Gaza

-Hospital Al Wada, entrevista con el director

- Hospital de Shifa, entrevista con el director y el responsable de las relaciones públicas.

- Ministerio de Sanidad, entrevista con el ministro.

22 de enero

Al Atatra

- Testimonio

- Testimonio

Al Atatra, barrio de Si Afa, cerca de Beit Laya

- Testimonio

- Testimonio

23 de enero

Zeitoun, barrio del sur de Gaza

- Testimonio

- Testimonio

- Testimonio

Shajaiya, en la carretera Salah El Din, frontera israelí, este de Gaza

- Destrucción de fábricas

Jabalyia

- Testimonio

24 de enero

Khusaa, sureste de Gaza, a 400 metros de la frontera israelí

- Testimonio

- Testimonio

(1) Artículo del 2 de febrero aparecido en el Times, Catherine Philp y James Hider, «Prosecutor looks at ways to put Israeli officers on trial for Gaza ‘war crimes’». En español: http://www.rebelion.org/noticias/2009/2/80159.pdf

Mireille Fanon-Mendès France, hija de Frantz Fanon, es especialista en Oriente Próximo, autora de varios informes sobre el conflicto palestino israelí, militante y defensora de los derechos humanos, miembro del Centro de Estudios e Iniciativas de solidaridad internacional (CEDETIM), de la Asociación internacional de Juristas Demócratas (Droit-Solidarité AIJD) y del Tribunal Permanente de los Pueblos. También forma parte de la Junta de la Unión judía francesa por la paz (UJFP).

martes, 17 de febrero de 2009

El liberalismo en todas sus formas

Jueces de Pensilvania se declaran culpables de aceptar sobornos a cambio de enviar a jóvenes a cárceles privadas

Pajusticeweb

Un caso de corrupción judicial sin precedentes está teniendo lugar en Pensilvania. Varios cientos de familias han presentado una demanda conjunta contra dos ex jueces que se han declarado culpables de aceptar sobornos a cambio de enviar a jóvenes a cárceles privadas. Se cree que los jueces Mark Ciavarella y Michael Conahan han recibido 2,6 millones de dólares por garantizar que jóvenes sospechosos fueran encarcelados en prisiones gestionadas por las empresas PA Child Care y su gemela Western PA Child Care. Algunos de los jóvenes fueron encarcelados a pesar de las objeciones de los funcionarios encargados de vigilar la libertad condicional. Aproximadamente 5.000 jóvenes han sido condenados por Ciavarella desde que la trama de corrupción comenzó en 2002. Hablamos con dos de los jóvenes condenados por Ciavarella y con Bob Schwartz, del Juvenile Law Center (Centro Legal Juvenil).

Esta noticia la he tomado de aquí.

lunes, 16 de febrero de 2009

Gaza: laboratorio de armas

Les pongo aquí un enlace hacia un artículo que salió en Rebelión. Trata de armas nuevas que han sido utilizadas por Israel en los ataques contra los habitantes de Gaza.

Jean Bricmont en Sinpermiso

Sobre el regreso del ni-ni, el islamismo y el antisemitismo en las manifestaciones
Jean Bricmont · · · · ·
15/02/09

Este texto es, en parte, una repuesta a una Carta Blanca « ¿El poder, a los barbudos ? ¡No gracias! », publicada en Bélgica (Le Soir), después de unas manifestaciones sobre Gaza.

Existe una especialidad en ciertos movimientos de izquierda o pacifistas que consiste, en ocasión de cada conflicto, en volcarse en el ni-ni. Ni Milosevic, ni OTAN, ni Bush ni Saddam y, actualmente, a equiparar a Israel con Hamas o Hezbollah. En todos los casos, el problema es triple:

Se ignora la diferencia entre las relaciones de fuerza.

Se pone en condiciones de igualdad a agresor y a agredido

Y, lo más importante, nos situamos como si estuviéramos fuera de los conflictos, por encima de la disputa, cuando es evidente que nuestros gobiernos no lo están.

En el caso del conflicto de Gaza, la versión dominante del ni-ni consiste en condenar al mismo tiempo el lanzamiento de cohetes de Hamas y la respuesta de Israel, juzgada a veces desproporcionada. La palabra “desproporcionada” es en sí misma absurdamente desproporcionada en relación a la desigualdad de las fuerzas en presencia. Por una parte hay un ejército nacional archisofisticado. Cuando este ejército ataca, lo hace para destruir infraestructuras y aterrorizar a toda una región a través de la demostración de su superioridad militar. Por la otra, hay algunos cohetes artesanales que se lanzan hacia Israel sin esperanza ninguna de ganar una batalla, sino más bien para hacer ver con desespero que un pueblo desposeído, encerrado y olvidado existe todavía. Los disparos de cohete no son más que un medio de golpear las puertas de una prisión, mientras que el agresor es ante todo quién ha encarcelado injustamente a todo un pueblo, privándolo desde hace decenios de otros medios para dar a conocer su existencia. La gente que lanza estos cohetes sobre Israel son frecuentemente los descendientes de quienes fueron expulsados de sus tierras en 1948. Los cohetes son el eco de esta desposesión que tiene ya sesenta años de duración. Mientras no se reconozca plenamente este hecho fundamental, y casi nunca lo es en Occidente, es imposible tener una visión realista de la profundidad del problema.

Este proviene en realidad de los principios sobre los que se funda Israel, a saber, que es legítimo para ciertas personas, en virtud de una propiedad adquirida por nacimiento (ser “judío”) ocupar la tierra de otras personas a las que el azar del nacimiento no ha conferido esta propiedad. El que se invoque la Biblia o el holocausto como justificación más directa de esta ocupación, no cambia en nada su carácter intrínsecamente racista, es decir fundado a fin de cuentas en una distinción importante hecha entre los seres humanos y ligada únicamente a su nacimiento.

Este aspecto racista está evidentemente presente en el espíritu de las víctimas y de todos aquellos que se identifican con ellos – especialmente las poblaciones del mundo árabe-musulmán y una parte del tercer mundo, a quienes el proyecto sionista recuerda dolorosamente experiencias anteriores del colonialismo europeo, pero no se integra prácticamente nunca en el debate en Occidente. Hay que subrayar que se trata aquí de un racismo institucional, es decir ligado a las estructuras de un estado, lo que es muy diferente del racismo “corriente”, el, por desgracia muy extendido, aunque con frecuencia pasivo, que existe en el espíritu de muchos individuos. Es el racismo de estado el que en general se considera “de extrema derecha”, “incompatible con nuestros valores”, “contrario a la modernidad y al espíritu de las Luces”. Es este racismo el que llevaba a la condena general del Apartheid en África del Sur y de su ideología. Pero éste no es el caso del sionismo, que es sin embargo la ideología que legitima este racismo institucional. Por desgracia, es frecuentemente la izquierda occidental, la que, siendo la más dispuesta a denunciar en general el racismo de Estado, es también la más dispuesta a hacer una excepción con “el Estado judío”.

Además, todo el discurso dominante respecto a este conflicto está indirectamente contaminado por el punto de partida racista:

Todas las partes y todos los intelectuales o comentaristas “respetables” deben, antes que nada, reconocer “el derecho a la existencia de Israel”, pero la expresión “derecho a la existencia de Palestina” es prácticamente inexistente. Respecto a los palestinos, su Estado, suponiendo que algún día exista alguno, no será el resultado de un derecho, sino de una negociación; es más, de una negociación con un interlocutor palestino “responsable”, es decir que reconozca como condición de toda discusión el derecho a la existencia de su adversario, quién de ninguna manera le reconocerá el mismo derecho.

Cualquier persona de origen judío tiene derecho a instalarse en Israel, pero los no-judíos que fueron expulsados en 1948 o más tarde, así como sus descendientes, no pueden hacerlo. Incluso en los Territorios llamados palestinos sus desplazamientos de un sitio a otro están fuertemente limitados.

Hay que impedir que Hamas y Hezbollah se rearmen, pero Israel puede recibir de los Estados Unidos, gratuitamente, todas lar armas que desee.

Israel es constantemente alabado como “la única democracia en el Medio-Oriente”, pero las elecciones libres de los palestinos son ignoradas.

Los palestinos deben “renunciar a la violencia” pero no así Israel.

Irán no puede poseer la fuerza nuclear, pero desde luego sí Israel.

Todas estas diferencias de trato responden a fin de cuentas a la idea de que la empresa inicial de colonización era legítima, o que pertenece al pasado y no es deseable volver a hablar de ella; pero ambas actitudes equivalen a negar la humanidad plena y entera de las víctimas, lo que nos devuelve a la cuestión del racismo. Porque imaginemos cual sería la reacción europea si el Estado de Israel se hubiera creado, por ejemplo, en una parte de los Países-Bajos o de la Costa Azul haciendo huir a una fracción importante de sus habitantes.

Estos dos pesos, dos medidas, se encuentran constantemente en todos los niveles del discurso dominante, por ejemplo cuando se repite que “no hay que importar el conflicto” en Francia, como si el hecho de que casi toda la clase política francesa acepte ser sermoneada, con ocasión de la cena anual del CRIF, respecto a su actitud supuestamente pro-árabe, no constituyera ya una “importación del conflicto”, pero unilateral, a favor de Israel.

El discurso que estigmatiza a la extrema derecha adolece igualmente de estos dos pesos, dos medidas; generalmente, este discurso apunta a la extrema derecha francesa tradicional en sus distintas variantes, o los islamistas, pero nunca al sionismo. En realidad, gran parte de la izquierda política e intelectual adopta, respecto a la cuestión de Palestina, una posición implícitamente racista que se habría considerado de extrema derecha referida al África del Sur en la época del Apartheid.

La izquierda ataca frecuentemente con gran pomposidad a una extrema derecha ciertamente desagradable pero débil y marginal (precisamente por eso puede atacarla) mientras que, en el mejor de los casos, permanece pasiva frente a otra extrema derecha (el sionismo) que se sostiene militar y diplomáticamente gracias a la más poderosa democracia del mundo.

Una forma de intentar acallar las protestas contra la política israelí consiste en denunciar el antisemitismo en las manifestaciones, así como la identificación entre Israel y nazismo. Evidentemente esta última comparación es excesiva, pero todo el mundo comete este tipo de excesos, constantemente. ¿Qué decir de “CRS-SS” (en Mayo del 68, cuántos muertos, comparado con Gaza)? o de Hitlerosevic? , o de Nasser, el Hitler del Nilo (en 56)? ¿Por qué los partidarios de Israel pueden constantemente identificar a Hamas o al Irán con Hitler mientras que el exceso contrario está prohibido? Podría responderse que debe ser debido a lo que los nazis hicieron a los judíos. Pero este tipo de consideraciones nunca ha impedido la comparación con los nazis de los soviéticos o los serbios, que también sufrieron mucho durante la guerra. Menos que los judíos, sin duda, pero ¿a partir de qué nivel de sufrimiento se convierten en inaceptables los excesos? De una forma más fundamental, a partir del momento en que la nazificación del adversario es la principal arma ideológica de Occidente y de Israel, es inevitable que esta arma se vuelva contra ellos cuando la ocasión se presenta.

Por lo que respecta al antisemitismo, no hay que olvidar que la política israelí se hace en nombre de un Estado que se dice judío y que es fuertemente apoyada por organizaciones que según ellas representan a los judíos (con razón o sin ella). ¿Como puede esperarse, en un clima como éste, evitar que mucha gente se vuelva anti-judía? Es demasiado pedir a la psicología humana. Durante la guerra, la mayor parte de los habitantes de los países ocupados eran anti-alemanes (contra los “Boches”), no solamente antinazis. Durante la guerra del Vietnam, los oponentes eran frecuentemente anti-americanos, no solamente opuestos a la política US (todavía es así respecto a su política en Oriente Medio). Es absurdo esperar que la gente se haga la guerra sin odiarse, respetando los derechos del hombre, siendo buenos antirracistas. Puesto que el conflicto ha sido importado desde hace mucho tiempo en el discurso mediático y la acción política, existe ciertamente una guerra ideológica cuyos efectos previsibles son exactamente los que se deploran.

No se puede tampoco pedir a los oponentes de Israel que hagan la distinción entre judíos y sionistas cuando el discurso dominante no lo hace casi nunca (mucho menos cuando esta identificación permite presentar a Israel como un país eternamente “víctima” o “paria”)

Además ¿como puede imaginarse que una población que es constantemente diabolizada, ridiculizada, insultada, porque en su condición de musulmana se la considerada incapaz de comprender la democracia, los derechos del hombre, los derechos de la mujer, y se la considera “comunitarista” cuando proclama sus convicciones religiosas, no reaccione de forma virulenta (por lo menos verbalmente) frente a las masacres de Gaza?

Lo precedente no es una “justificación del antisemitismo” sino una observación banal sobre un aspecto desagradable pero bastante universal de la psicología humana. Podría añadirse que todos los discursos de denuncia y condena del antisemitismo que no tengan en cuenta el contexto en el que se desarrolla no sirven para nada y son, sin lugar a dudas, contraproductivos, como lo son en general los discursos moralizantes.

La situación aquí es prácticamente tan inextricable como la situación en la misma Palestina. Cierto que el antisemitismo aumenta, así como la identificación comunitaria, en todos los campos. Somos incapaces de resolver la situación en Medio-Oriente, pero por lo menos podría empezarse por reconocer aquí la verdadera naturaleza del problema (el racismo institucional de Israel) y cambiar radicalmente de discurso. Habría que poner fin igualmente a las intimidaciones y a los procesos (por delito de opinión), hacer que todos puedan decir lo que piensan verdaderamente de Israel y de quienes le apoyan y establecer la igualdad de armas en los debates referidos al sionismo. También sería necesario que la política francesa y europea se determinara independientemente de la influencia de los grupos de presión. Solamente así puede esperarse, a largo plazo, descomunitarizar el debate y hacer retroceder el antisemitismo.

Jean Bricmont, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO,es profesor de física en la Universidad de Louvain la Neuve, Bélgica. Es miembro del Tribunal de Bruselas. Su último libro acaba de publicarse en Monthly Review Press: Humanitarian Imperialism (traducción castellana en prensa en la Editorial Viejo Topo, Barcelona). Es sobre todo conocido en el mundo hispano por su libro –coescrito con el físico norteamericano Alan Sokal— Imposturas intelectuales (Paidós, 1999), un brillante y demoledor alegato contra la sedicente izquierda académica relativista francesa y norteamericana en boga en los últimos lustros del siglo pasado. Una larga entrevista político-filosófica a Bircmont puede verse en el Número 3 de la Revista SINPERMISO en papel (mayo de 2008).

Traducción para www.sinpermiso.info: Anna Garriga Tarrés

sábado, 7 de febrero de 2009

Documentales sobre Gaza

Son cinco videos, reportajes sobre Gaza. Hay entrevistas, momentos duros, comentarios.


Primera parte:




Segunda parte:



Tercera parte:




Cuarta parte:




Quinta parte:

jueves, 5 de febrero de 2009

En el parlamento inglés

 
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